El Senado aprueba este miércoles de forma definitiva una reforma de su Reglamento impulsada por el Partido Popular (PP) con su mayoría absoluta. Las medidas principales incluyen límites de tiempo para las intervenciones de los ministros y un nuevo mecanismo para recurrir al Tribunal Constitucional si el Congreso de los Diputados retrasa indebidamente la tramitación de proyectos de ley que provienen de la Cámara Alta.
La reforma establece que los ministros tendrán 40 minutos para sus intervenciones iniciales, 15 minutos para sus primeras réplicas y 10 minutos para las siguientes. Además, define que el Senado vetará un proyecto si, a solicitud de un grupo parlamentario, este es rechazado por mayoría absoluta de la Cámara, según el documento consultado por Europa Press.
Contexto político
El PP lleva meses criticando a la Mesa del Congreso, controlada por PSOE y Sumar, por supuestamente obstaculizar proyectos aprobados en el Senado. El líder popular Alberto Núñez Feijóo había anunciado en una rueda de prensa en el Senado hace unas semanas «[...] su intención de acudir al Constitucional ante esta situación [...]».
Críticas de la oposición
El portavoz del PSOE en el Senado, Juan Espadas, predijo en declaraciones de su partido que la reforma será impugnada ante el Constitucional. Espadas calificó la iniciativa del PP como «[...] chapucera [...]» y criticó que «[...] no tiene en cuenta la opinión de expertos constitucionalistas [...]». El socialista lamentó que el PP haya negociado «[...] con ningún otro grupo [...]».
La reforma también permite el voto electrónico para senadores autonómicos cuyos plenos regionales coincidan con sesiones del Senado, modifica el procesamiento de los suplicatorios y crea dos nuevas comisiones. Los jueces y magistrados dejarán de estar obligados a comparecer en comisiones de investigación.
Nota: Este artículo fue creado con Inteligencia Artificial (IA).

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